A la memoria del Dr. Manfred Kerkhoff (Amigo y gran Votánide)
Hago ésto, muevo las manos para Él, cuyo nombre está en el cielo; para Él, cuyo nombre está en mis manos. No permitas un nombre falso en mi mano. Tómame, recíbeme, dame tu Nombre; no permitas un nombre falso en mi mano. Para Él, cuyo nombre está en el cielo, en la Casa Celeste digo su nombre con mi mano; digo su nombre en el cielo. No permitas que mi mano mienta” (Texto de origen Lacandón).
En 1907, se publica en México, la Historia de la Creación del Cielo y la Tierra; obra del fraile Ramón Ordoñez y Aguilar. Su historia incluía otro libro: “Theología de Las Culebras”, donde describía lo que “le contaron” sobre Palenque. Es aquí donde hace referencia a un documento (ahorita perdido), conocido como “La Probanza de Votán”. Este documento es una transcripción de un códice pictográfico en lengua tzendal o en lengua quiché. Como era costumbre, para muchos frailes y cronistas, la pronunciación de ciertos nombres les resultaba extremadamente problemática. A Quetzalcoatl, le llamaron de innumerables formas y a Huitzilopochtli, ni contar, las variantes usadas, (Vizilopuztli, Uitcilopuchtli, Huichilobos…).
Ordoñez y Aguilar (1907), afirma que “el obispo Núñez de la Vega, fue el primero que descubrió en Chiapas, historias y enlaces de los Votanes”. La más antigua mención escrita sería, las Constituciones Dioclesianas del obispo De La Vega. Dice el documento: “Votán, es el tercero gentil que está puesto en el calendario, le veneran y le tienen por el corazón de los pueblos”. OL, es el Corazón Espiritual; es el centro, esencia y origen del hombre; es la conexión con el “Ibnel Kuxa’an Suum” (cuerda viviente, cordón umbilical del cielo). Hay que buscar los significados en los Sabios de la Palabra. “Los que despliegan las hojas de los libros, la tinta negra, la tinta roja; ellos nos llevan, nos guían, nos dicen el camino”. Los AHTz’ibob (escribas), ellos conocen la escritura hierática oculta del Bala’an Tsiibtaj. ¡No Engañan! Su poder nace de la mismísima honestidad y humildad. Uotán, lo llama más correctamente Ferdinand Anders (Das Pantheon der Maya, 1962). Uotán, es el Corazón de la Montaña y Corazón del pueblo. Way-T'aan-Ol-T'aan, Uaytán o Waytán en algunas lenguas sagradas. Uo, es el segundo mes del calendario maya.
Walter Krickeberg (1971), también identificó a Uotán, con el terremoto. Su tambor, es el rugido del jaguar, que al pulsar o palpitar asemeja al Corazón de la Tierra. No existe en lengua maya el nombre Votán... o la raíz lingüística Vot! Es la voz mal traducida del significado mal escuchado y traducido del OoL o corazón. T’aan se conoce como habla. Oolt’an Balam ~ Le báalamo' ku t'aan yéetel u puksi'ik'al es “El jaguar que habla con el corazón”. Valum, es una deformación auditiva de Bolon (nueve), y de Balam, asociado al nueve, como “Señor de la noche” o inframundo. Uo, es el cielo negro estrellado cuyo patrón es el Jaguar. Su piel moteada se asocia al inframundo y al cielo estrellado. Asocian los investigadores a Uotán, con Tepeiolotl o corazón de la montaña en el códice Borgia. Según el Popol Vuh, de los tres hijos que van a oriente para recibir a Nacxit, tres son Balamoob, Balam Quitze, Balam Acab e Iqui Balam. Entre los Kabinales Caribes era costumbre desde hace muchos siglos vestirse con piel de Jaguar(Dr.Sebastian Robiou Lamarche,2009). Tenemos la obligación de afirmar, que cualquier persona que ''se nombre a sí mismo'' “Valum Votán”-(actualmente los nombresitos se venden como en Botica)- desconoce totalmente el error lingüístico de los frailes, así como el simbolismo del Canal T’aan y el enigmático lenguaje de Su’uyua. Ya se escucha desde el mar, el rugir de Uotán-Tepeyollotli-Balam.
Dicen las antiguas fuentes: “… pero habrá de volver, volverá a aparecer, vendrá a visitarnos cuanto está para terminar su camino, la Tierra”. Informantes de Sahagún.
Según las fuentes escritas, Paulo Félix Cabrera (1822), tuvo en sus manos una copia de la Probanza en lengua Tzendal, donde, el célebre Botán, primer habitante de estas regiones, escribió las historias divinas y humanas y su llegada de los lugares ultramarinos. El mismo Francisco J. Clavijero, en su erudita obra, “Historia Antigua de México”, (1780), menciona a Botán; “Decían que Votán, nieto del gran anciano que fabricó la barca grande”… (Porrúa, pág. 87). Fray Gregorio García, en su “Origen de los indios del Nuevo Mundo” (1607), señala: “En Yucatán era tradición que los pobladores vinieron por mar hacia Oriente”. La idea original de Cabrera, era comparar a Votán, con relatos de origen europeos ya que les “sonaban” familiares tanto a él, como al sabio A. Humboldt el “Odín-Wuotan” germano. Brasseur, conoce los fragmentos de la probanza, pero no cree que fuera el norte la llegada de Votán. Dice Brasseur que: “Votán escribió un cuaderno sobre el origen de los indios y que era Votán del linaje de Las Culebras, cuyo origen era Chivin”. Según Miguel de San Juan, Botán es del linaje de las culebras, que trae su origen de Chivin, que es el primer hombre en llegar y el tercer de los Botanes”. Estos relatos fundacionales, o textos primordiales, nos indican una llegada del mar que los tatarabuelos, bisabuelos y abuelos, tienen un origen común: vienen del Oll-An (To-llan); Corazón del lugar del agua abundante (M.L. Portilla; ver: Toltecayotl, pág.18). Ese lugar marítimo era Atl (agua) y Tepetl (montaña) o el lugar en el mar de la montaña sagrada o Cerro de la Tortuga Ak-Atl o tortuga del agua, Akatl. Aquí está la herencia ancestral del Ol-pial-It’ztli y Topializtli, aquello que nos conviene preservar. Es la raíz del Ol-Tec-Actl, origen Ol-pial-It’ztli del Ol-Te-Cayotl, y la llamada Toltequidad, Sabiduría Ancestral que debe nacer de la rectitud, humildad y bondad de quien la recibe en el Oll, o Corazón y la guarda allí mismo. En un intento de brindar luz, el Título de los Señores de Totonicapán agrega, “los nahuales, los viejos, se vinieron de la otra parte del océano, de allá de donde sale el Sol”. U-Tal-Kab’ Matwel, es el lugar de origen que ellos buscan, donde Matwil es el Cerro, el Witzil (Grube y Martin, 2002).
El Chi-Witz (Chivim) que mencionan los cronistas como lugar de origen con mucho prestigio, del cual remontaron sus orígenes. Es Matwil, el mismo lugar del nacimiento de la triada de dioses de Palenque y origen de sus dioses Tutelares. Es el “Cerro Amarillo, el Cerro Verde”, in Atl, in Tepetl (el agua, el cerro) de las crónicas antiguas. Es Oll-An, centro cósmico que irradia luz, “luz de aurora y punto de dispersión original” (A. López, Austin).
Si Uotán, es Corazón de la Montaña, él mismo hace referencia a su lugar de origen. Tanto Ordoñez, como el obispo Núñez De La Vega, lo llamaron “Corazón del Pueblo, Corazón de la Montaña” (Tepei OtL). En esta Sagrada Montaña reside hace milenios, Huracán, que es Corazón del Cielo, Corazón del Mar, Corazón de la Tierra (Pop-OL-Vuh). De aquí nace el Tepe-Yollotli, el Yollotli o Corazón de la Montaña... OLLT’AN es Saq Petenaq cha’aqa Palo…la Luz que vino de junto al Mar. Por eso es fundamental hacer como los Toltecas, acostumbrarse a hablar con su propio corazón. El es ILB’AL el SASTúN o instrumento para VER; “Las cosas ocultas las veían todas, sin tener primero que moverse; en seguida veían al mundo y asimismo desde el lugar donde estaban lo veían… “(Pop-OL-Vuh). ¡Siento en mí Ser el humo del Copal! Sus flores rojas…claveles de olores, rojos y blancos. Su OFRENDA en el MAR!... Se devuelve la tinta negra y la tinta roja.
VICTOR A CABELLO
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