jueves, 5 de febrero de 2015

El árbol sagrado del Cosmos


“En medio de la calle de la ciudad y a uno y otro lado del río estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.”(Apocalipsis 22:2)

En la antigua sumeria el sagrado y enigmático árbol-huluppu crecía vigoroso a orillas del Éufrates antes de recibir los influjos de los malos vientos del sur y ser rescatado por el buen corazón de la diosa Inanna. La reina del cielo y venusina diosa tutelar de Uruk. En una sola lengua y con en el poderoso soplo teúrgico de su voz y palabras sagradas el dios Enlil-dios del viento- logra evocar el nacimiento del árbol sagrado.  Curiosamente, en el centro de todo se encuentra el Dilmun o el paraíso. Ahora bien, es ese lugar donde sale el sol y donde también está el árbol sagrado y existen las ocho plantas sagradas de Ninhursag. En efecto, estas plantas contienen el sustento del ´´alimento de la vida´´y poseen la esencia y cualidad de la inmortalidad; que tanto buscó Gilgamesh. Por otra parte, solamente es posible obtenerla -esencia de inmortalidad- quien logre poseer la garra y el pie del Dragón. En cualquier caso, solo aquel iniciado mistérico que logra transformarse y purificarse a través de un riguroso proceso de alquimia interna y muerte iniciática mística.

Es un arduo viaje solar y camino de los héroes solares de rigurosa y esmerada transformación del alma en el que su mano iniciática deviene en garra o  “mano de dragón” y su pie en “pie de dragón.” La Garra del jaguar o el tigre iniciática para levantar al maestro. Y, en efecto, es el viaje de iniciación de Gilgamesh para que Utanapishtim o Ziusudra le enseñe el secreto de la vida eterna. De manera que solo entonces y por medio de la pureza y la sabiduría es que puede lograrlo y así obtener el tan anhelado brebaje y alimento de la vida. “However, the main alchemical transformation of the soul, albeit based on her purity and already acquired knowledge, in most of cases occurs within the macrocosmic cycle of solar journey (into which the microcosmic cycle of earthly life is integrated) after one’s physical death” (Algis Uzdavinys, Philosophy and Theurgy in Late Antiquity, California:Sophia Perennis, 2010),52.

El árbol de Inanna creció y la serpiente hizo su nido al pie del árbol. Por su parte, el Pájaro Imdugud se instaló en su copa. Luego Inanna fabrica del tronco el tambor ceremonial del chamán y con sus ramas se hizo un palillo para tocarlo.

En otro contexto histórico en el siglo xii se dice ya que Benjamín de Tudela (1130-1173) viajó a las ruinas de Nínive buscando este árbol de la vida sagrado. En su Libro de Viajes (Sefer Masaot,1543) nos comenta este erudito y viajante(algunos afirman era un Rabí) de su anhelado afán por la búsqueda de las propiedades medicinales y mágicas del  árbol bíblico de la vida (Pr.3:18;11:30;13:12 y Ap. 2:7), las piedras preciosas y panaceas médicas. Por otra parte, el médico y prestigioso botánico alemán Leonhard Rauwolff (1535-1596) ya para el siglo xvi anotaba en su diario de viaje acerca de un árbol majestuoso y mágico que los viajeros turcos y árabes comentaban en sus leyendas. Lo que sí se sabe es que Rauwolff provenía de una escuela muy interesante y culta de una línea sabia y profunda del maestro Guillaume Rondelet (1507-1566) y Carolus Clusius(1526-1609).

En parte, un fino hilo conductor-que nos indica que sabían muy bien lo que buscaban-y que nos lleva; directamente hasta el importante Hortus Botanicus de Leiden y a la sabiduría oculta escondida de Maximiliano II y Rodolfo II. Pero sin duda alguna, es el romano Pietro della Valle (1586-1652) quien en sus relatos maravillosos nos relata ya en el siglo xvii de un árbol cuyas maravillosas propiedades y componentes botánicos eran ampliamente curativos y hasta podían llegar a rejuvenecer y otorgar la inmortalidad… “alargar la mano y tomar del árbol de la vida.’’ (Gén.3:22) Lo que indica que ese es el camino del árbol de la vida. Los cabezas negras sumerios-los señores dragones- habían recibido estas semillas solares del árbol sagrado de los Duku-;Los dioses del cielo que bajan a civilizarlos. Ejemplo de ellos, lo fue un tal Oannes-mitad pez, mitad hombre (Hartmut Schmokel, El país de los Sumeros, Buenos Aires, Editorial Universitaria, 1977),11 y 63

De manera similar, los cultos asirios toman y asimilan posteriormente este valioso legado espiritual sumero-babilónico y su legendaria tradición del árbol sagrado. En base a lo anterior, luego lo exponen en su rica iconografía plasmándolo de una forma hermosa y muy fiel a las fuentes orales originales tradicionales y siguiendo las enseñanzas milenarias de los viejos escribas sumeros y maestros espirituales. En consecuencia, la piedra de basalto negro de Esarhaddon que se encuentra en el Museo Británico -donde se inscribe la restauración de las murallas y templos de Babilonia-, es un digno ejemplo. En efecto,en ella el árbol sagrado está excelentemente representado en la parte superior del centro de esta hermosa piedra conmemorativa (A.T.Olmstead, History of the Persian Empire, Chicago, 1956). Además, los llamados genios alados asirios cultivan y se nutren del árbol de la vida o árbol sagrado.

Representado en las magníficas y esotéricas simbologías de viejísimos conceptos sumerios fusionados hábilmente por los maestros de la piedra en el arte asirio. Es así que finos ejemplares de una importancia fundamental del árbol central y el pájaro sagrado (Museo Británico), se logran evidenciar en el arte asirio durante el reinado de Ashurnasirpal II (883-859 BC.). Lo que indica que allí podemos cuidadosamente experimentar cómo es que este árbol sagrado es adorado por una especial y dedicada clase sacerdotal. “…este símbolo del  “pilar del cielo”, que no es otra cosa que el eje del universo, el “árbol de vida” que crece en el centro del mundo, en el ´´ombligo de la tierra.”  Numerosas tradiciones hablan de un árbol gigantesco, que cubre o sostiene toda la tierra. Así, el árbol cósmico de la mitología escandinava, Ygdrassil, es una forma de este simbolismo universal.” (Mircea Eliade, Cosmología y Alquimia Babilónicas. Paidós Orientalia, Barcelona, 1993), 39.

Pero no es solo eso, las amplias representaciones simbólicas, mágicas y rituales -asociadas todas con la sabiduría y el conocimiento del árbol primordial- se cargan y  son redirigidas entonces hacia el énfasis exclusivo de elaborar ciertas proyecciones míticas originarias y resaltar sus virtudes teúrgicas y medicinales poderosísimas; que logran atraer la atención y el estudio de todo tipo de tradición espiritual. En cualquier caso, ese árbol de la vida es el centro de encuentro entre lo superior y lo inferior. De este modo es que lo de arriba y lo de abajo se unifican y complementan en él. En realidad, cielo y tierra se reencuentran y logran fusionarse gracias a él. Y existe en él –potencialmente- la enorme posibilidad inmanente y trascendente de lograr proyectar una ley universal mágico ritual de correspondencias y similitudes como todo un enérgico eje central cósmico.

De este modo, para los antiguos egipcios era adorado bajo el manto del sagrado árbol de sicomoro (Ficus sycomorus). Llama la atención que el sabio A.Uzdavinys afirme acertadamente que es muy semejante al árbol de la vida asirio. Al parecer, es de esta manera muy afín que la diosa Hathor sea también considerada como la Dama del sicomoro y que la diosa Isis, logre amamantar al Faraón bajo la forma encubierta de un sagrado sicomoro. Sin duda, que representa el sicomoro los niveles del saber y de una gnosis milenaria. Es indudable que es la sabiduría que solo puede ser conseguida a través de los procesos de transformaciones alquímicas de la iniciación; que se encuentran estrechamente asociados y ligados a todo el complejo simbolismo intrínseco mítico-educativo del árbol de la vida.

Por lo tanto, su poder es tal que el solo hecho de “tocarlo” puede otorgar y dar la vida eterna. A su vez, encarnando de esa manera toda una enseñanza milenaria tradicional. Es la esencia de una vía o camino filosófico como modo de vida y una doctrina ancestral como exclusivo sendero espiritual sacro. “The tree itself (the prototype of the Pythagorean tetractys and Sephirotic pleroma, or the Garden of Knowledge, Kosmos noetos) represents a royal mystical path of spiritual growth and ascent, starting from its roots (the realm of Nergal) and leading towards the winged disk, the crown of divine light (‘the apex of philosophy’)  …” (Uzdavinys,Idem,pág.37)

Como puede verse, para los hebreos que reciben y asimilan –de fuentes sumero babilónicas- estas viejísimas y ricas tradiciones. En el jardín mesopotámico del Edén existían (¿existen?) dos árboles importantes. Recordemos que el cuarto río es el Éufrates (Gén.2:14). Uno de ellos es de la vida y, el del conocimiento de lo bueno y lo malo. Ambos están en el medio del huerto (Gén 2:9). Uno de ellos abría los ojos y era deseable para “alcanzar la sabiduría.” Cosa nada detestable. Por lo tanto, el Camino o Sendero del árbol de la vida está aun vigilado-según la Merkabá cabalista-por la gloria de la ESPADA ENCENDIDA del Querubín.

“El consenso de la opinión cabalista considera que el camino místico hacia Dios es el reverso del proceso por el cual nosotros emanamos de Dios”, según Gershom Scholem. Uno es el árbol del hoy y, el otro del futuro. Es uno solo el camino. De este modo, esa mística judía es una variante sustancial de la milenaria doctrina esotérica y sabiduría secreta del árbol sefirótico compendiado en sus emanaciones fundamentales doctrinales y cabalísticas donde “Todo es reflejo de Todo.” En tanto, es posible que Adam Cadmón recibiera letras sacras o sefirot-conocimiento secreto- encubierto bajo la forma simbólica de los árboles. Esto permite elucidar que el mundo de las sefirot asemeja entonces a un árbol=hombre primordial.

¡Árbol de la Sabiduría! De igual forma, es así que los poderes divinos pueden emanar fulgorosos a través de los diversos estratos y, según los cabalistas, las diez sefirot constituyen todo el cuerpo glorioso y  árbol místico de Dios. ¡Bendito sea! Parecería entonces que cada rama es representada más que simbólicamente como una manera o forma de la manifestación divinal de un poder o atributo de emanación teúrgica particular. En todo caso, un sonido refulgente-batir de alas- glorioso y presencial de la Divinidad. “Pero el En-Sof no es únicamente la oculta Raíz de todas las Raíces, es además la savia del árbol; cada una de las ramas que representa un atributo existe, no por sí misma, sino por virtud del En-Sof, el Dios oculto. Y este árbol de Dios es también, por así decirlo, el esqueleto del Universo; crece a lo largo y ancho de toda la creación y despliega sus ramas por todas sus ramificaciones.” (Gershom Scholem, Las Grandes Tendencias de la Mística Judía, España, Ediciones Siruela, 2000), 235-236

Es verdaderamente un árbol alquímico y filosófico que representa el Corpus Magnum y que asimila en sí mismo las fuerzas disolventes y aglutinantes solares y mercuriales del cosmos, como todo un sistema cabalístico del microcosmos. Asimismo, en su semilla reproductiva solar se encuentra la Mater Materiae que baja del cielo como sustancia o fluido cósmico seminal. Sustancia de La Flor de Lis. Ella nutre el pozo y alimenta la serpiente o dragón que lo custodia. “De la casa de Jehová saldrá un manantial, y tendrá que regar el valle torrencial de los Arboles de Acacia.” (Joel 3:18) Aún podemos añadir que un árbol florido sale del área genital del personaje acostado y flechado en la obra Miscellanea d´Alchimia (Italia s.XV; en Alexander Roob, Alquimia y Mística, pág.307).

Ello nos lleva a puntualizar el capítulo 31 de Ezequiel donde se compara la caída del faraón con la acción de talar un cedro. Y mejor aún la gloriosa visión de Daniel (Beltsasar) sobre el árbol del medio de la tierra (Daniel 4:10-26).

Podría decirse que la poderosísima tradición precristiana del Old Norse -en su culto al árbol- nos presenta al glorioso y legendario fresno Yggdrásil. De esta manera, el valioso contenido mitológico y ancestral del “Forn sidr” o las “costumbres de los viejos tiempos’’ se arraigan profundamente en la tradición iniciática del contenido filosófico y ritual del árbol sacro y en las diversas variantes de las ofrendas sacrificales. El BLOT; Antigua palabra del Old Norse está asociada a la modalidad del sacrificio y al rito sacrifical (Lars Jorgensen, Norse Religion and Ritual Sites in Scandinavia in the 6th-11th Century, 2014), 239-242  En el Edda Mayor este árbol es considerado como árbol cósmico “glorioso”(Voluspá:2,19), portador de la sabiduría y el que sus raíces y ramas evocan y señalan un conocimiento y mitología nórdica ancestral (Los Dichos de Grímnir=Grímnismál,31-35).

A este respecto cabe añadir que es sustancialmente un árbol cósmico ya que logra evocar los poderes celestes y a la vez protege la esencia de un conocimiento grupal o tribal (clan) muy legendario. Por ello, Yggdrásil representa en su carácter etimológico el “caballo de Odín’’ y en su extensión “física” primordial-visible e invisible- abarca los tres mundo o niveles del cosmos. Así pues, sus raíces y, -la triple fuente que mana del pozo de Urd- evocan la sustancia primigenia y la sabiduría de las Nornas tejedoras del destino. Poder mágico ritual de las Runas, la Edda o la Bisabuela. Mujer sacerdotisa Bruja y anciana sabia tejedora. El gallo, las serpientes el águila junto al dragón, logran conjurar esa sabiduría ancestral e iniciática custodiada fielmente por el gigante Mimir.

 Digna de notarse es, sobre todo, las analogías esenciales y profundas del árbol en las ricas, variadas y poderosas corrientes tradicionales de Mesoamérica. Vemo, pues, que para el pueblo mixteco su origen se remonta hasta el árbol de Apoala. En este sentido, nos dice el ´mito´-con sus finos y delicados contenidos míticos de la verdad en la otredad- que el árbol se encontraba en una peña donde descansaba el cielo (Cahuacandehuvi) y, que de él emerge triunfante una pareja primordial de donde proceden los cuatro seres antepasados de los mixtecos. Un aspecto importante para resaltar es que ese lugar privilegiado contiene el “uacán” y es el centro del poder. Centro de Todo. Pero cabe señalar que el divino Tamoanchan es también un lugar donde se originan y crean los dioses y los humanos. Como resultado es allí donde se quiebra el árbol primordial y florido (Códice Boturini, Códice Fejérváry-Mayer, p.28 y Códice Telleriano-Remensis, f.13r.).

De hecho, en la estela 5 de Izapa, Chiapas, del árbol cósmico sale la pareja divina. No es extraño que para los Abuelos Mayas; Ixchel e Itzamná se sientan junto a la ceiba Verde del Centro del Mundo (Códice Tro-Cortesiano o Madrid,75-76). Las cruces de Palenque en Chiapas son árboles o cruces sagradas. Tanto el Tablero de la Cruz Foliada-Na-Te’-K’an de Palenque y la lápida central del Tablero de la Cruz (Museo Nacional de Antropología de México) son  soberbios árboles sagrados. Estilizaciones magníficas del crótalo y Gran Ahaw del Cosmos. La llamada tumba -que no es tumba- de Pakal (K’inich Janhab’ Pakal), es una gran Ahau serpiente-ceiba-árbol de cascabel. Por ella el Maestro toma el camino ascendente (Wak-Chan-Ahaw) y el sendero de la Cruz (Wa-Kah-Chan) del cosmos. Tronco del gran árbol del mundo (David Freidel,Linda Schele y Joy Parker, El Cosmos Maya, págs.52,53,90,113 y 119). Su esencia es Ka´an che´ como árbol del cielo, primer árbol precioso y Yax che´ o primera ceiba verde. Es todo.

Victor A. Cabello
P.O. Box 1231
Cidra, Puerto Rico 00739
email:petalosdelarosapurpura@yahoo.com