En un
remoto pasado la humanidad veneraba a la Tierra, la ubicaba como lo que
efectivamente es: La Madre de todos los Reinos.
La Madre de todos los reinos es un ser vivo
e inteligente, cuya fuerza vital propicia la regeneración constante de la vida,
expresándose con el lenguaje de los símbolos eternos, los cuales ofrecen
diversas lecturas.
En esta
ocasión hablaré del lenguaje de un elemento íntimamente asociado a la tierra,
uno de los más representativos, el que desde los albores de la humanidad era
comprendido como un camino o vía directa
para contactar con la Madre Tierra: La Piedra.
El Reino Mineral es el más antiguo, es
el que guarda la sabiduría de los orígenes, por ende, es en la humildad y
grandiosidad de la piedra que está concentrado el poder que emana de la Tierra.
Los
Sabios del antiguo Anáhuac afirman que las cosas tienen “corazón” y que la
Madre Tierra es la “dueña de los corazones” y en esa serie de conexiones
infinitas ubicamos que precisamente es en el “corazón de la tierra” con todo lo
que ello representa, en donde su ubica la real y verdadera esencia de los
seres, de los hijos de Tonantzin Tlalli.
Esos
antiguos orígenes son los que el día de hoy nos damos la oportunidad de
recordar, poniendo de manifiesto lo especial que es una sola piedra, hasta la
reunión de muchas de ellas que conforman una montaña.
Se dice
que aquello que llamamos esencia divina, quedo atrapada en una cubierta
material, con objeto de dar origen a los seres mundanos, dar vida a los
diversos reinos, hacerlos germinar, acrecentarse y reproducirse.
La
Tierra como todo ser vivo tiene memoria, guarda información en sus bellos
especímenes de minerales, cristales, rocas y piedras, en ellos existe, está
presente la sabiduría ancestral. Todo aquello que se ha manifestado, que se
manifiesta y que se manifestara en esta tierra, está presente en potencia en su
núcleo corazón.
Por ende
en el presente, sabemos la información que puede guardarse en un pequeño
cristal de dióxido de silicio, más en la humildad y grandiosidad de una piedra
común, todo chaman sabe que puede
encontrar respuestas.
En ese
centro, corazón de cristal, que los ancestros llamaban Toci, “La Abuela”, Tlaliyollo, está presente la fuerza vital
universal que mantiene con vida al ser planeta, ahí reside el latido de su
corazón, el cual marca con su ritmo los ciclos de creación y disolución de las
diversas especies que se manifiestan en su cuerpo.
Es de
todos sabido la importancia de determinadas piedras en la historia de la
humanidad, en donde la el lenguaje de la Madre Tierra ha sido claro para
mostrar determinados camino al ser individual o colectivo.
Nuestra
Madre Tierra guata manifestarse a sus hijos a través de los sueños. Cuando tomamos conciencia de ese contacto,
fortalecemos a la Madre Tierra, recuperamos una vía ancestral de conexión con
ella y ello a su vez beneficia a la naturaleza entera.
Es hora de recordar antiguos augurios,
mensajes en sueños, en donde la Piedra ha sido clave:
Es así
que sobre una piedra florece el corazón de Copil, el hijo
de la Nagual Malinaxochitl, dando pauta a la
fundación de lo que fue el gran imperio de México Tenochtitlan. Previamente
en un sueño Tenoch había recibido la instrucción para dirigirse a ese sito, en
donde se encontrarían los signos del augurio
Otro
sueño importante proveniente de otro espacio del cuerpo de la Madre Tierra, que
está asociado a uno piedra, es el de
Jacob, el cual dicen que ocurrió cuando él se acuesta poniéndose como
cabezal o almohada una piedra. Dicha noche Jacob sueña, ve una escalera por
donde los ángeles suben y bajan, escuchando la voz de Yahvé que le otorga esa
tierra donde se encontraba, para él y su descendencia. Jacob tomo la piedra y la erigió en monumento.
Dicha
piedra se dice que es la misma que se usaba en la coronación de los Reyes de
Escocia y posteriormente en la de los Reyes de Ingleses.
En
Irlanda se hace referencia a la Piedra
de Tara, que sirvió como piedra de coronación de los grandes Reyes del
sitio. Dicha piedra se dice que ruge satisfecha cuando es tocada por el
legítimo rey.
Así
también en Suecia, la llamada Piedra de
Mora, era el sitio en donde los reyes eran elegidos. El origen de su
costumbre se pierde en la noche de los tiempos.
Recordemos también la presencia en tiempos
actuales de la Piedra Negra en el centro de la gran mezquita de la Meca, en el santuario llamada Kaaba, centro sagrado
para los musulmanes, los seguidores del Islam y Mahoma.
Retornemos a nuestro México Lindo, para ubicar
el tema en lo relativo al entorno cercano: voy a hablar de los Graniceros.
Los Graniceros son unos especialistas del
Tiempo, conocen los cielos, sus diversas señales, así también elementos como el
viento, la lluvia, el trueno, el granizo escuchan sus ruegos y los atienden.
En el entorno cercano se conoce en especial a los Graniceros y su relación con
los dos grandes Volcanes Popocatépetl e Iztaccihuatl, más hay otras regiones en
donde también se ubican con ciertas particularidades.
Algunos
graniceros suelen estar en posesión de una piedra grande, preferentemente negra y brillante, la cual está ubicada
cerca de sus campos. Es a través de esta piedra que el especialista se comunica con los elementos y es
“avisado” de cualquier situación de peligro en torno al tema. Por ello de
forma respetuosa, cíclicamente se ramea la piedra y se le presenta ofrenda de frutas, cantos y rezos.
En lo
concerniente a los Graniceros de la
zona de los volcanes, ellos reciben en sueños el llamado de Gregorio Chino
Popocatépetl o bien de Doña Rosita, la Iztaccihuatl, ambos les muestran
augurios y también aquello que desean como ofrenda.
Ello
conecta con otro aspecto importante asociado a la Piedra, los llamados sitios Oraculares. Para ello es necesario
hacer evidente, que el aspecto femenino del ser posee las cualidades asociadas
a este tema, y por ende, ese ser femenino que es la tierra, la piedra usada
como asiento o respaldo para quien hace el oráculo, recibe el impulso para Ver
más allá de lo evidente.
Ahora
procedo a ubicar el tema desde un punto de vista
sanador, ubicando la piedra en el medio de salud holística por excelencia,
en uno de los templos de la Madre Tierra, representación de su Vientre, en el
Temazcalli.
Las benditas “abuelas piedras” de origen volcánico,
provienen del Corazón de Cristal de la Tierra, en donde como he dicho se guarda
la memoria de los orígenes, de aquello que dio pauta para que cada uno de los
que está aquí presente se manifesté tal como es.
Al poner
al fuego las piedras volcánicas, ellas despiertan, se activan, irradian
información y están dispuestas a dar respuestas, a hablar al corazón de cada
uno de aquellos que participan en el ritual de temazcal. Más para ello es
necesario abrir el ser y estar dispuesto a escuchar, a sentir, a tener
conciencia del lenguaje de la tierra.
Finalizo
mi exposición exhortando a Amar a la
Tierra, a respetar desde la modesta piedra, hasta la majestuosa peña o
montaña, a estar claros que ella tiene un lenguaje y que gusta de propiciar
oráculos, que ella es fuente de sueños que inspiran, guían y permiten el
cumplimiento de determinados propósitos.
Pasadas
civilizaciones eligieron dejarnos su mensaje en el elemento que más perdura,
porque es esencia misma de la Tierra, en la Piedra. Tallaron diversas montañas
y peñas, como Tepoztlán y Peña de Bernal dejándonos su mensaje, su historia;
también edificaron lugares de culto, moldearon la piedra con forma de diosa,
con símbolos sagrados; construyeron grandes centros ceremoniales, todo ello con
piedra.
Es tiempo de restablecer la conexión con
nuestra Madre y el contacto y conciencia de lo que es la piedra, es uno de los
caminos.
Madre Tierra tu poder concentrado se manifiesta
en la piedra, que ello nos inspire para encontrar de nuevo el camino de paz,
armonía y entendimiento con todos los reinos, con todos tus hijos.
Con Amor Inphinito: Lolita Vargas Martínez -
Malinalticitl