lunes, 26 de mayo de 2008

DEDICAR TU VIDA AL CAMINO SAGRADO



Una vez que aceptas el infinito dentro de ti, la vida se hace sagrada. En el mundo del ego, nada es en particular sagrado. Por lo tanto, respetando tu vida y la de todos los seres vivientes y actuando de modo sagrado, tus acciones se convierten en una afirmación de tu intención, una afirmación de tu espiritualidad y de tu dedicación al Yo infinito. Por tanto, es importante para ti desarrollar una actitud sagrada ante la vida. Eso implicará rituales religiosos o sagrados que tengan sentido para ti.



¿Cómo haces sagrada una cosa? La haces sagrada concentrándote en ella y básicamente diciendo: "Esto es sagrado. Mira una antigua reliquia religiosa, como las uñas de Santa Matilde en una caja o algo así. Si todo el mundo de la congregación cree que las uñas de Santa Matilde son sagradas, ellas se vuelven sagradas. ¿Por qué? Porque la gente está de acuerdo en que esas uñas del siglo 12, en esa pequeña caja, son sagradas. Ese es el único modo en que puedes hacer que algo sea sagrado. Las cosas se sacralizan cuando te concentras en ellas, las reverencias y las revistes de una clase especial de respeto.


En consecuencia, para hacer tu vida sagrada, sólo tienes que mirar a tu reflejo en el espejo del baño y decir, "esto es sagrado". Entonces, empiezas a actuar de modo sagrado. Actúa deliberadamente; actúa con intención. Si, en una situación dada no puedes actuar poderosamente, no actúes. Reserva tu energía, y no la malgastes actuando sin efectividad. Lleva a cabo rituales y ceremonias. Haz de ellos parte de tu disciplina. La disciplina de levantarse temprano es una disciplina sagrada, como lo es la disciplina de la oración, la disciplina del silencio, y la disciplina de cuidar de ti mismo. La concentración, recuérda, es amor. Cuando te concentras en algo, lo amas. Si quieres crear un camino sagrado para ti, concéntrate en ti mismo, ámate a ti mismo, y actúa de modo sagrado. Enséñaselo a otros.


Mucha de mi filosofía ha estado influenciada por la tradición delos indios nativos americanos. Particularmente me gusta el hecho de quelos nativos americanos están filosóficamente próximos a los taoístas y, al igual que los taoístas, reverencian la naturaleza. Cuando voy a mi hogar espiritual en Taos, nuevo Méjico, me reúno con mis amigos, que son de diferentes razas y modos de vida. No son necesariamente nativos americanos; algunos lo son, pero la mayoría no. Pero nos reunimos y celebramos ceremonias juntas. Hacemos "Talking Sticks", que es una ceremonia de oración y conversación de nativos americanos que se hace alrededor del fuego. O hacemos "Sweat Lodges" para sanación, oración y meditación. A veces nos reunimos a las tres de la mañana para una meditación Especial o un ritual especial que hacemos de noche en las montañas. No somos una orden religiosa o un ashram; somos gente ordinaria.


Un tipo trabaja en publicidad, otro es conferenciante –ese soy yo-otro trabaja en el garaje local o en cualquier cosa. Somos sólo gente ordinaria, reunidos, mostrando nuestro respeto por el otro, por nuestro planeta, y nuestra evolución, de modo sagrado. Me gusta crear un sentido de lo sagrado donde quiera que voy. Pequeñas cosas. No sobreactúo. Por ejemplo, si estoy en un hotel, saco una bandera con un símbolo sagrado de mi bolsa y la pongo en el cuarto de hotel. Puedo encender una pequeña vela y situarla al lado de la bandera. Antes de salir a mis asuntos por la mañana, me detengo y me arrodillo ante la bandera y digo algunas frases sagradas. Puede que vaya a enviar algo, a una conferencia, a una reunión, o al banco. Así que lo reviso en mi mente y visualizo las cosas saliendo bien. Lo que digo es: "Estoy en el mundo del ego, haciendo cosas del ego, ganándome la vida, y reuniéndome con el director del banco, pero estos actos mundanos son sagrados para mí".



Ver tu vida como algo sagrado no es más que desarrollar esa actitud y tener un lugar que puedas llamar propio. Una habitación pequeña en la casa, o incluso una parte de una habitación pequeña es suficiente. En esa habitación situarás tus objetos sagrados- la Biblia, el Tao, o algo que haya sido escrito y que sientes que tiene valor. Haces del lugar elegido un altar al Yo interior. Entonces actúas durante el día viendo al Ser interior como sagrado, viendo a este planeta como sagrado.


De la sacralidad y la humildad surge un sentido natural de gratitud. Por tanto tómate tiempo para ser agradecido. Es bello y humilde serlo. Se convierte en una afirmación que dice: "Estoy al mando. Soy eterno. No tengo prisa. Este es un bello viaje. Con todas sus subidas y bajadas, es, con todo, hermoso". Alineándote con el amino sagrado te alineas con tu Yo infinito. Desarrolla lo sagrado en todo lo que hagas. Concéntrate en las cosas que haces. Lavar el coche puede ser sagrado si haces de lavar el coche una oración. Si sólo lo friegas con algo de jabón y agua, puede ser un aburrimiento. Pero si lo haces sagrado, y allí está el cubo, y allí está el cepillo, y allí está el jabón y aquí el trapo, y todo está alineado, te dedicas a ese ritual auto impuesto llamado "lavar el coche". El acto se convierte en una oración a través de la cual reconoces y aceptas a Dios y tu viaje humano. En consecuencia, convierte tu vida de mundana y sin sentido en sagrada y santa, y conságrala al camino sagrado.






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