Hace unas semanas tomé un taller sobre el tema
de la escritura como terapia. En este se demostraban diferentes técnicas para
ayudar a utilizar el arte y la escritura como ejercicios de sanación
emocional.
En este
taller la facilitadora cubrió una mesa con decenas de postales. Había
fotografías, dibujos y pensamientos escritos. Nos pidió que escogiéramos
una que nos “llamara” de alguna forma y que la utilizáramos de inspiración para escribir algo acerca de nosotros. Yo recorrí visualmente la mesa y me detuve
en una de las menos llamativas. Eran tres palabras sobre un fondo de dos
colores. Las palabras eran “Coming up next”, frase que podríamos
traducir como “Y lo próximo que llega”. Tan pronto la leí supe que la frase estaba
conectando conmigo a un nivel muy personal.
Y esto fue lo que escribí
“Si alguien me hubiera dicho cuando era una
adolescente que mi vida iba a ser lo que es hoy, jamás se lo habría
creído. Recuerdo pensar en aquel
momento que lo tenía todo planificado. La obra estaba escrita y lista para ser
representada. Yo creía saber qué era lo “próximo que llegaba” cuando dejé la
universidad después de mi segundo año de un bachillerato en Química para
casarme con el que había sido mi novio por cuatro años. Íbamos, por supuesto, a pasar el resto de
nuestra vida juntos. El matrimonio duró cinco años.
Nunca pensé que a ese matrimonio le iba a
seguir otro, otro divorcio, un tercer matrimonio. Siempre había dicho que nunca me iba a casar
con un “gringo.” “Y lo próximo que
llega” es que conozco a un caricaturista de California en una parada de guaguas
en Disney. Eso fue hace dieciséis años y
todavía estamos juntos. Cuando comencé a trabajar como reportera de noticias en
la década de los ochenta sin haber estudiado periodismo pensé que había
alcanzado mi mayor meta, que había llegado.
Sin embargo, trece años más tarde, una búsqueda espiritual muy personal
comenzó a hacerme cuestionar mi propósito de vida. “Y lo próximo que llega” es que dejo mi
trabajo como reportera, comienzo a hacer mi propio programa de entrevistas,
entro a la radio y empiezo a escribir una columna semanal de motivación y
autoayuda. Como respuesta a mis columnas, llegan las solicitudes para charlas
de motivación y posteriormente las certificaciones en coaching de vida y
tanatología. Después de todo, este camino recorrido, con siete libros
publicados, tengo que confesar que todavía no sé qué voy a ser cuando sea
grande. La vida nunca dejará de
sorprenderme. Y trato, aún en mis peores
momentos, de agarrarme de la siguiente frase de poder: “Algo maravilloso está próximo a llegar. Me preguntó qué podrá ser”.
Bendiciones de Luz y Amor,
Sylvia