La Divina Theourgia es el establecimiento
correcto de la más sana relación entre las fuerzas y poderes llamados y
convocados por los hombres hacia los dioses. De hecho, los llamados Theoi son
los dioses y ergon se refiere al trabajo, actividad y operación sacra. Y, en
efecto, el “Theion ergon” = puede muy
bien definirse como el trabajo de los dioses. Así pues, el verdadero Teúrgo
resultaría ser un Magister Sacrorum o
Maestro de Lo Sacro, ya que su extraordinario poder reside en el dominio y
conocimiento operativo del principio de simpatía universal. A este respecto, su
conocimiento se transforma en purísimo poder, y es éste mismísimo poder-el que
puede ser usado de dos formas-, el método más efectivo y experimental, para
lograr controlar y acelerar el movimiento y desarrollo de la magia práctica a
través del dominio ritual. “Theurgy, or the Telestic Work, was the very
essence of the Teaching of the Mystery Schools of Egypt, of Samothrace and of
Eleusis; of Zoroaster, of Mithras and of Orpheus.” (E. J. Langford Garstin, Theurgy or the
Hermetic Practice, pág.9) En parte, dicha práctica teúrgica se convierte en sí
misma en un libro del universo cuyas páginas debemos aprender a leer a través
de la operación directa y formal de las
intrincadas fuerzas del cosmos y mediante el control ritual de la “corporeidad
espiritual” depositada en la materia como en sus entornos invisibles. De manera
similar, este poderoso “cosmos astrológico” es un enorme y complicado reloj
astrológico, con amplias y profundas ramificaciones y extraordinarias
posibilidades de ser manipulado por el conocimiento experimentado del concepto
de la noción de simpatía y afinidades mágicas del Teúrgo Sabio.
En consecuencia, el proceso teúrgico es
convertido en una Scientia Sacra y su ritual de comunicación CONSCIENTE es
fusionado a la capacidad de transformación y adquisición del equilibrio
cósmico. Por otra parte, este se encuentra también muy unido a la posibilidad
-muy real-, de formalizar y encauzar la debida ascensión espiritual hacia las
regiones más recónditas de la luz Divinal. En efecto, para los griegos el
Teletai, era un Hierofante de los Rituales Verdaderos y un Maestro de las
Sagradas Doctrinas de la Divina Inspiración. Es posible, por tanto, que su
valor consistía en poder elaborar un plan práctico de restablecer la unión
original con la fuente divina. Así pues, de esta manera podía ser llamado y
proclamado como el Hierofante del Cosmos Entero (“koine hierophantes Tou holou
Kosmou’’) según A. Uzdavinys. Por lo general, su deber y misión ministerial era
dirigir, mediante su poder teúrgico y muy personal, el consabido y arduo
proceso para lograr el acceso y alcanzar la iluminación y la visión espiritual
más efectiva y directa (epopteia) hacia el camino de la Verdad y la Unión
(henosis), con la fuente primordial de los Principios Divinos. Sin duda, la
teúrgia se fundamenta en lo más fino y educado de la “locura teléstica divina”
como también, en los más antiguos y nobles principios de la “danza de la
montaña dionisíaca” o el chamanismo
primitivo (E.R. Dodds, Los Griegos y lo Irracional, pág. 81).
Por otro lado, para el sabio y erudito Dodds,
el viejo Dionisio poseía toda la ciencia y maneras de transformarse en el
Maestro de las Ilusiones Mágicas y también el filósofo Empédocles podía
convertirse en,-… “representando una regresión a un tipo más antiguo’’- en todo
un poderosísimo ¡CHAMÁN! “Si yo no me
equivoco, Empédocles representa, no un nuevo, sino antiguísimo tipo de personalidad,
el del chamán, que combina las funciones todavía indiferenciadas de mago y
naturalista, poeta y filósofo, predicador, curandero y consejero público”.
(Dobbs, págs. 143,161). Adicionalmente,
no solo para el ilustre investigador y erudito famoso E. R. Dobbs, los
mencionados eran importantísimos “magos y chamanes” sino que: “Hay, sin
embargo, otro chamán griego, mas importante, que indudablemente sacó
consecuencias teóricas e indudablemente creyó en la reencarnación. Me refiero a
Pitágoras’’ (Dobbs, pág.141). Ahora bien, también para Dobbs, tanto Orfeo el
mago y emisor de oráculos, como sin duda alguna, el viejo Zalmoxis encarnan el
prototipo del chamán.
Confirma esto, que este chamanismo primitivo se
asocia ampliamente con la sabiduría de la magia teúrgica y la “cultura chamanística”, en general. Por
esta razón, para el erudito suizo Meuli -según afirma Dobbs-, los griegos
reciben este conocimiento ancestral teúrgico por su contacto con pueblos de
fuertísima tradición y cultura chamanística. Por otro lado, ya desde fines de
la Época Arcaica se cimentan las raíces de estas influencias a través de
curanderos, videntes y maestros religiosos, todos ellos, de profundas
tradiciones y rasgos puramente chamanísticos. Puede suponerse, asimismo que es
de esta manera que el gran Abaris, con su magistral y poderoso arte teúrgico,
podía desterrar pestes, y en su renovada “locura profética” hasta lograr
predecir los terremotos y propagar
ampliamente el culto foráneo y extranjero del Apolo Hiperbóreo. Curiosamente, es
este manejo de las fuerzas y sincronías que podía evidenciar ampliamente ´el
theourgos´ lo que conllevaba todo un proceso -muy riguroso- de estudiar los
mensajes escondidos en la simpatía cósmica a través de los sueños, signos, y
oráculos y, que tenía la obligación, de descifrar para su mejor control y
efectividad ritual. Es sabido, además, que Para Proclo: “…la teúrgia era el
máximo poder de toda la Sabiduría Humana y era bendecida por las bendiciones de
la adivinación y de los poderes purificatorios de la iniciación y, en una
palabra, todas las operaciones de la posesión divina” (Procl., Theol.Plat).
Ahora bien, para los Neoplatónicos la teúrgia
era el medio más efectivo para lograr ‘’bajar los poderes divinos a la tierra’’
y así poder lograr y facilitar el ascenso del alma purificada por el manejo y
conjuros del fuego sacro del teúrgo. De igual forma, para el sabio Franz
Cumont, la teúrgia era: “a respectable form of magic, an enlightened type of
sorcery”. No obstante, el gran
filósofo Jámblico nos confirma: “The theurgist, by virtue of mysterious signs,
controls the powers of nature. Not as a mere human being, or as [one who]
possesses a human soul, but as one of a higher Rank of gods, he gives orders
that are not appropriate to the condition of man. He does not really expect to
perform all these amazing things, but by using such words he shows what kind of
power he has and how great he is, and that because of his knowledge of these
mysterious symbols he is obviously in touch with the gods”. (Georg Luck, Arcana Mundi , pág. 53). Cabe
aclarar que es el ritual y a través de la consagración del fuego sagrado en
conjunto con la pronunciación mística y elocuente de las palabras debidas y en
total concordancia simpática entre letras y elementos, lo que logra abrir y
penetrar, el pasaje secreto del Misterio Inefable.
De este modo, es así que se logra establecer y
consolidar el fortalecimiento de los vínculos entre la ruta cosmológica
teúrgica desconocida y la enigmática geografía cósmica astrológica con el poder
del oficiante. En resumen, el Saber Teúrgico es solo el Poder Divino en manos
del teúrgo al seguir la misión de aspirar al reencuentro de ese poder infinito
que se encuentra latente en espera del MÁS ALLÁ en el MÁS ACÁ. ´´Supreme
beings descended to earth, they lived in vast palaces called “mansions”
and “servants” -the priests- accorded
them the care required by every great personage’’ (Serge Sauneron, The Priests
of Ancient Egypt, pág.75). Es
indudable, que el rigor ritual de los egipcios y de los (Teleumenoi = aquellos
que han sido iniciados), como la estricta pureza de sus rituales y ofrendas,
sea el mejor indicador de su celo teúrgico. De igual forma, este antiguo
concepto chamánico y teúrgico de magia se logra establecer en función de la
transmisión (paradosis) efectuada entre los más ocultos y privados significados
mistéricos y ya dentro de un elaboradísimo y complejo cosmos social (Walter
Burkert, Ancient Mystery Cults, pág.24).
De este modo, El Maestro inicia al aprendiz en
su magia teúrgica para que éste pueda conocer la forma más eficaz y SEGURA de
(epoide) o encantación ritual para afectar muy favorablemente la conducta de
los Daimones. Es indudable que la teúrgia se convierte entonces en toda una
clase superior de Opus Alquímico donde su forma práctica es una alquimia
espiritual de naturaleza hermética y teléstica. La Gran Obra y el dominio del
Fuego Sagrado se convierten así en una Obra Teúrgica, mediante la purificación
del alquimista, como INICIADO al lograr en sí mismo exaltar su naturaleza baja
y sublimar su cosmos personal para ser entonces ser asimilado al ORO SOLAR del
FUEGO DIVINAL. La Sabiduría de los Oráculos Caldeos encierra, muy bien sellada,
esta gloriosa enseñanza antigua recibida y asimilada en el Fuego Sagrado del
viejo Zaratas (Zarathustra). No obstante, ese peligrosísimo fuego es el que
tiene que aprender a manejar a la perfección el teúrgo alquimista-para no ser
dañado por él-, ya que el mismo es de naturaleza dual contradictoria y
complementaria. Es LUZ y OBSCURIDAD. Es Padre y Madre. Luna y Sol.
Es por eso, que el filósofo Empédocles
siguiendo muy fielmente esa antigua Tradición del HILO DE ORO, estableció en su
dualismo griego (a mediados del siglo quinto) lo que la vieja Cadena de la
Tradición ya conocía y enseñaba. Además, hasta el erudito estudioso e
investigador Peter Kingsley, nos presenta al filósofo como todo un mago y
doctor de la tradición chamánica pitagórica (ver: Kingsley 1995ª, 185-191 en
Burkert, Babylon, Memphis, Persepolis, págs. 116-117). Por otra parte, para
Diógenes Laercio todo el aire se encontraba lleno de almas, que ellos creían,
eran daimones y héroes, los cuales, enviaban sueños y señales a los humanos…y
ciertas enfermedades también. En efecto, decía Laercio que el objetivo del
´´magi´´ era negociar con mucha veneración con los dioses a través de la
oración, ya que de ésta forma, ellos podían escuchar. A su vez, ese
significativo trabajo le tocaría entonces, a la teúrgia ritual. En todo caso,
la reconocida teúrgia tradicional de los Julianos (el viejo y el joven), es
realmente posterior a las más antiguas y elaboradas formas teúrgicas
tradicionales. En todo caso, llamar incorrectamente a Juliano el Teúrgo como el
iniciador de esta tradicional modalidad mágica no es factible ni correcto en
estos momentos históricos.
Probablemente, gran parte de esta monumental
tradición preservada en papiros mágicos, son elaboraciones y adquisiciones
griegas de la gloriosa y milenaria
tradición-mágico-teológica-egipcia-erudita-sacerdotal o, antiquísimas ideas
(Oracula Chaldaica) muy bien “refritas” y reelaboradas, como sabiamente
articuladas, por los griegos, en nuevos e interesantes contenidos y fusiones de
viejísimas formas sacerdotales e iniciáticas (Garth Fowden, The Egyptian
Hermes, págs. 62-63, 66, 134, 135). “So one can see how the belief may
have arisen that theurgy had roots in Egypt, long before Iamblichus set about
the construction of his synthesis” (Fowden, pág. 136). Parecería entonces, que este arduo proceso
alquímico de reintegración cósmica está ligado a la posibilidad de retomar la
Vía Sacra a través de las prácticas teúrgicas, para luego así, poder
internamente restablecer muy sólidamente los vínculos perdidos-luego de la
caída-, entre el universo mayor o macrocosmos y, el universo menor o
microcosmos (Melothesia o astros en el cuerpo).
Por último, esta Divina Esencia habita en
nosotros muy bien oculta, por lo que necesitamos URGENTEMENTE, aprender
sabiamente a conjurarla y “llamarla” con el VERBO correcto y con el llamado o
tono angelical armónico simpático, inmerso y escurridizo en el enigma de la
Monas Jeroglífica. Asimismo, perteneciente a los Tres Reinos, el celestial,
terrestre y subterráneo, como también a los Tres Principios, la sal, azufre y
el mercurio. Como resultado y de esta forma hacemos la teúrgia filosófica un
noble Camino de Vida reconociendo la Sabiduría Tradicional teúrgica como el
ejercicio formal y espiritual del más sano
acercamiento a lo Divino Inefable. Pero cabe señalar, que solo bajo el
influjo del Fuego Sagrado como entidad amable y salutífera procederemos a
recibir los beneficios legítimos de los caminos astrológicos y cíclicos de la
Rueda Medicinal, ya utilizando en los trabajos teúrgicos, ciertas plantas
aromáticas, piedras e influjos celestes. Ese fue el Camino escogido por los
Viejos Teúrgos de la Antigüedad y custodiado fielmente por Jámblico,
Trithemius, Agrippa, Paracelso y muchísimos otros sabios más. El Espíritu
Cósmico se hace UNO en el Fuego y su influencia y vibraciones mágicas y
simpáticas se reviven en concordancia con la práctica ritual. Vapores…esencias
y sonidos vuelven a participar de la energía compartida de los dioses limpios,
puros y benévolos que se invocan en LUZ.
En las Montañas de Cidra, Puerto Rico.
Víctor. A. Cabello. Reyes